domenica, gennaio 21, 2007

"El problema con la globalización en el neoliberalismo es que los globos se revientan''.




El Poder convierte a la historia en una historieta mal hecha, y sus científicos sociales construyen apologías ridículas con, eso sí, un andamiaje teórico tan complejo, que consiguen disfrazar la estupidez y el servilismo como inteligencia y objetividad. En la historieta del neoliberalismo, los poderosos son los héroes porque son los poderosos, y los villanos son los eliminables, los ``expendables'', es decir, los negros, los amarillos, los chicanos, los latinos, los indígenas, las mujeres, los jóvenes, los presos, los migrantes, los jodidos, los homosexuales, las lesbianas, los marginados, los ancianos, y, muy especialmente, los rebeldes. En la historieta del Poder, el acontecer que vale es el que puede ser contabilizado en una hoja electrónica que contenga índices respetables de ganancia. Todo lo demás es completamente prescindible, sobre todo si ese todo afecta la ganancia.

En la historieta del Poder todo está previsto y resuelto de antemano: el malo puede ser malo, pero sólo para resaltar el poder del bueno. La balanza ética entre el bien y el mal se transforma en la balanza amoral entre el Poder y el rebelde. En el Poder pesa el dinero, en el rebelde pesa la dignidad. En su historieta, el Poder imagina un mundo no sin contradicciones, sino con todas las contradicciones bajo control, administrables como válvulas de escape que distiendan el rencor social que el Poder provoca. En su historieta, el Poder construye una realidad virtual donde la dignidad es ininteligible y no mensurable. ¿Cómo puede tener valor y peso algo que no se entiende y que no se mude? Ergo, la dignidad será, irremediablemente, derrotada por el dinero. Así que ``no problem'', puede haber dignidad porque ya el dinero se encargará de comprarla y convertirla en mercancía que circule según las leyes del mercado... del Poder. Pero, resulta que la historieta del Poder es eso, una historieta, una historieta que desprecia LA REALIDAD y, por lo tanto, una historieta mal hecha. La dignidad sigue escapando a las leyes del mercado y empieza a tener peso y valor en el lugar que importa, es decir, en el corazón...

Subcomandante insurgente Marcos

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